lunes, 11 de agosto de 2014

Tragedia en Hiroshima

El 5 de agosto del 1945, en pleno verano, me desperté para ir al colegio. Mientras miraba la tele y desayunaba, solía demorarme. “Se te va a hacer tarde, tenés que salir ahora”, exclamó mi mamá. Me cepillé los dientes rápidamente y partí hacia la escuela. Al llegar a la escuela, me encontré con una ronda de niños encerrando a Hanso que, orgulloso, contaba la historia de cómo su papá, que pertenecía al escuadrón kamikaze, había salvado a mi país. ¡Qué envidia me daba! Al igual que el lunes anterior, la directora informó a toda la escuela que ese día la institución debía cerrarse más temprano, finalizando la oración con un desperfecto tembloroso en su voz. 

Estaba contento con regresar temprano de la escuela. En el recorrido hacia mi casa me crucé con una muchedumbre que portaba cientos de carteles relacionados con la guerra, que creo que indicaban que estábamos triunfando. Pensé en lo absurdo que era que el conflicto continuara ya que los enemigos nunca podrían ganarle a mi papá, él era el hombre más fuerte del mundo. 

Cuando llegué a casa, la vi a mi mamá con los ojos mojados. “Es sólo la sal del mar que porta el viento” me contó ella. Quería creerle, pero sentía que me estaba mintiendo. Ella estaba leyendo el diario, en el que según pude ver, había una foto de una nube muy gris. Sin darle mayor importancia, me cubrí los ojos con mis manos y me recosté sobre mi cama.

El día siguiente, lo recuerdo perfectamente, fue el peor de mi existencia.

Me despertó un inmenso estruendo. Me levanté de mi cama con mucha dificultad. Estaba muy asustado, ¿Mamá, dónde estás?. Sentía pinchazos por todo el cuerpo. Me dirigí hacia la cocina. El piso estaba muy caliente, más de lo normal, mis pies se pegaban al metal de las escaleras. 

Al llegar a la cocina, encontré a mi mamá arrastrándose por el suelo. ”Ahora sos el hombre de la casa hasta que llegue,cuida a mama”, era en lo que me había dicho mi papá antes de que se marche en todo lo que podía pensar en ese momento. Mamá tenía su cara como los soldados que solía quemar en el jardín. La tomé de los brazos, quedándome con pedazos de ella en mis manos. En ese momento me sentí desesperado y asustado, mamá era todo lo que tenía y no podía perderla, no sólo para no quedarme solo, sino que también para no deshonrar a mi papá.  Mamá señaló a la puerta con sus brazos, estaban como aquellas velas que en esa época abundaban en las pagodas del pueblo. Lo único que hizo fue balbucear, pero le entendí.

Afuera vi la misma nube del diario,negra y atemorizante. Mis ojos estaban como los de mamá. Traté de convencerme que no tenía miedo, que las lágrimas que tenía eran por mis ojos chamuscados y el humo. No fui capaz de ser el hombre de la casa, deshonré a mi padre y me he quedado solo.



Explicación:

Revisando los comentarios hechos por la profesora y una compañera, me dí cuenta de algunos de los errores del relato. La verosimilitud en este relato es algo en lo que me quiero centrar, para hacer que el relato sea más real. Primero, le agregué como título “tragedia en Hiroshima” y en el comienzo agregué el día y año para que el lector sepa desde el comienzo en qué suceso histórico está basado el relato. Luego, modifiqué la estación en la que transcurre el relato. Como el suceso de Hiroshima fue real, no puedo poner cualquier estación, sino el relato perderá verosimilitud. Cambié la estación de invierno a verano. También, modifiqué la última parte cuando el niño se despierta sin darse cuenta de la explosión porque no puede ser que el niño sufra los efectos de la explosión sin haberla escuchado. 
En cuanto al tiempo, conservé la cronología y la elipsis para contar los sucesos que ocurrieron en orden y hacer que las horas pasen en cuestión de instantes.
También conservé la voz homodiegética y la focalización interna para que siga siendo narrada por el niño. Decidí que el vocabulario del narrador no sea complejo, sino que asimile ser el de un niño y demostrar que los pensamientos de este también son adecuados al de un niño común. 
En cuanto a la distancia narrativa, modifiqué el discurso citado aclarando el personaje que habla (por ejemplo: [”Ahora sos el hombre de la casa hasta que llegue,cuida a mama”, era en lo que me había dicho mi papá antes de que se marche en todo lo que podía pensar en ese momento] y [“Es sólo la sal del mar que porta el viento” me contó ella]) y en el resto del relato conservé el discurso narrado.
El discurso indirecto libre en el anteúltimo párrafo (”Ahora sos el hombre de la casa hasta que llegue,cuida a mama”) causa un efecto dramático ya que el padre le dió la responsabilidad de cuidar a su mamá y en ese momento el niño estaba en riesgo de perderla, causándole desesperación.
Agregué los sentimientos y pensamientos que el niño tenía en el momento que agarra a su madre de las manos y se le quedan pegados trozos de ella en sus manos debido al derretimiento de su piel porque me pareció una oración muy importante en el relato.
Extendí el relato y cambié errores temporales.